la Trigueña

Historia 

Los orígenes del ''HORNO'' se hayan en la comarca de Cinco Villas, situada en la parte noroeste de la provincia de Zaragoza. Este enclave fue fundamental para crear las peculiares características de la tahona,''la Trigueña''

La familia que la regenta, comienza su andadura al emigrar de una las aldeas de la comarca de Cinco Villas, y establecerse a principios del siglo XIX en San Sebastián de los Reyes, hoy ciudad perteneciente a la comunidad de Madrid.

Allí, Agustín, padre de Antolín Montes se instala, y trabaja como empleado en una humilde tahona. Logra conseguir con el fruto de su dedicación y esfuerzo, al cabo de los años, comprar la licencia del Horno a su antiguo patrón.

ALCOBENDAS Pertenecía al señorío de la familia Arias Dávila.

Viene al caso contar, que por aquel entonces Alcobendas pertenecía al señorío de la familia árias Dávila más adelante condes de puño en rostro. Foto de uno de sus castillos. CASTILLO en Seseña de La familia de Puño en Rostro.

La masa resultante se modelaba a mano, y se introducía en el horno mediante palas de hornear para su cochura. El pan ya estaba listo para su venta.

El horno de La Trigueña producía también pan candeal. Este pan se elaboraba con harina del mismo nombre.”Fue nuestro pan estrella, el preferido de las personas pudientes y, el que dio verdadero prestigio a nuestros hornos a lo largo de los años”, cuenta la familia del Olmo…

Antolín y Teresa el matrimonio que sigue la andadura de La Trigueña.

Para producir pan candeal, la harina candeal, el agua y la sal se mezclaban en la artesa siempre a mano; a continuación, se procedía a su refinado mediante un artilugio de rodillos circulares que laminaba la masa, produciendo una fuerza, cómo un gran un nervio en ella, capaz de reventar cualquier tipo de máquina, lo que contrastaba con la suavidad, la ternura y la calidad del pan candeal una vez horneado.

ˇEra realmente asombroso!

Contamos a través de la historia por diversos autores de la importancia que recibía el pan.

Gonzalo de Berceo: Puso en boca de la virgen en su obra ''Los Milagros de nuestra Señora'' estas palabras: ''Yo soy aquí venida por llevarte conmigo al reino de mi hijo que bien será tu amigo lo llevan los ángeles del buen candeal trigo.''

La diferencia que existía entre el pan de los ricos y el de los pobres, lo podemos apreciar en un verso del obispo de Francia Etíen de Fougerz : ''El campesino nunca comerá buen trigo, nosotros tenemos el mejor grano, el más hermoso y el más sano. La zizuña se queda para el villano si tiene oca bien cebado o una gallina o pastel de blanca harina.

Pronto a su señor lo destina a su señora en un parto''

Refranes: “Con pan y vino se anda el camino”

Antolín gran jinete, Le apasionaba la cría y doma de caballos entre los que se incluyeron los del Duque del Infantado y Marquesa Vda. De Aldama además de cuidar su ganado y viñas sin dejar de fabricar el pan de cada día.

También tenía muy buen trato con el Duque Joaquín de Anteaje y su hijo, como con La Marquesa Viuda de Aldama, que en sus fincas consumían el pan de La Trigueña. Y por la tahona correteaban los hijos del Conde de los Gaitanes.

Cómo nota histórica, también degustó el pan, el dramaturgo Muñoz Seca.

El matrimonio Antolín y su esposa Teresa abrieron su primera tienda en la plaza de la iglesia.

Una anécdota de la familia ocurrió cuando el abuelo Antolín retó a un duelo de pistolas a otro panadero. En el momento de disparar se separaron más lejos del alcance de las balas. Era un truco que los duelistas utilizaban para no ser heridos.

Siguiendo con la familia, el ya abuelo Antolín le dio tiempo a poder enseñar el oficio de panadero, a su nieto mayor por parte de su hija, Manuel del Olmo, que le demostró ser muy responsable ya que antes de cumplir los 15 años dirigía la fabrica. Y transmitió a sus a sus tres hermanos todas las técnicas aprendidas no sólo de su abuelo si no de las personas que por aquel entonces acudían a hornearse otras especialidades, como mantecados, magdalenas y tortas de La Candelaria y así siguieran juntos con la tradición en el oficio.

Trabajaban sin llegar tener un solo día de descanso. Gracias a ello no desapareció la tahona sino todo lo contrario se ha convertido en una sólida empresa, que continúan sus descendientes.

Desde su existencia La Trigueña ha conocido muchos cambios. Ha fabricado panes de diferentes tipos y formatos ya perdidos, se recuerdan los bonetes, cuatro cachos, alfonsinos, que hicieron que un año cuando todavía dirigía ántolin, ganase el premio al mejor pan de la provincia de Madrid. (Concurso celebrado en Valladolid). Todavía era una pequeña empresa pero se sentía orgullosa de lo que hacía.

Hoy en día se fabrican muchas especialidades distintas y se ha conseguido junto con el equipo que la forman y trabajan, que el nombre se conozca más que cómo marca en un ente más personal y humano: en La Trigueña.

Su existencia está ligada a todas las personas que la han cuidado y siguen con ella. Pensamiento del nieto mayor de Antolín, Manuel del Olmo: ''Todas ellas tienen un poco de alma de pan''. Hoy en día está aquí presente en sus hogares, reuniones y eventos.

Actualmente en La Trigueña se realizan servicios de asesoramiento para ofrecer a los clientes, el mejor servicio y producto más conveniente para cada momento del día.

La empresa conjuga el pan tradicional de tantos años de historia con las modernas formas, tamaños y texturas adaptadas a los tiempos que vivimos.

La Trigueña en su conjunto tiene como prioridad la calidad en la alimentación.

La Trigueña - teléfonos: 916 611 068 / 916 610 990 - email: pedir información